De blanco Niemeyer

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Hay días en los que una se despierta romántica y necesita proclamarlo al mundo entero sin importar de que manera. A veces, ese exacerbado sentimiento me lleva a imaginar que soy una princesa con un vestido
blanco y liviano, de punto de cruz y gasa vaporosa. Y de repente, como ocurre con todas las cosas que tanto se desean, aparece en mi vida así como por casualidad, como si me hubiese estado buscando él a mí y no al revés. Desde entonces ya tengo que ponerme en esos días románticos que una tiene.

Vestido by Blush

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